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El catarro en niños: 9 preguntas para la enfermera escolar

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Catarro en niños: 9 preguntas para la enfermera escolar.

Ha llegado la época de los catarros. En muchas de las casas de nuestros niños, los mocos ya se han instalado, la tos forma parte de la banda sonora de las noches, y también de las aulas: La enfermera escolar está preparada para recibir a los pequeños mocosos.

1. ¿Por qué se produce el catarro?

Se conoce por catarro o resfriado a los episodios de obstrucción nasal, mucosidad y tos producidos en la mayoría de los casos por una familia de virus conocida por rinovirus. El pediatra generalmente lo denominará “catarro de vías altas”, haciendo referencia a la variedad de síntomas que provienen de la inflamación de la mucosa respiratoria que va desde la nariz a los bronquios (vías altas).

2. ¿Qué síntomas produce el catarro?

Los síntomas del resfriado son el motivo de consulta más habitual en la consulta de la enfermería escolar durante los meses de más frío. Según sea el síntoma que más predomine, el niño se podrá quejar de diferentes molestias, como mucosidad nasal, dolor de garganta, tos… En ocasiones, el catarro se manifiesta también con fiebre, especialmente en los niños más pequeños.

3. ¿Cómo se transmiten los catarros?

Los catarros se contagian de un individuo con catarro a otro, mediante las secreciones de las vías respiratorias: tos y estornudos, o por medio de objetos contaminados con estas secreciones.

Una buena higiene de las manos durante los catarros es fundamental para detener la transmisión de la enfermedad, pero en el caso de los niños más pequeños esto es más difícil de controlar, ya que se llevan juguetes a la boca que comparten con otros niños en el aula.

4. ¿Por qué mi niño está malo todo el invierno?

Al año un niño en edad escolar puede padecer entre 5-6 catarros (los más pequeños hasta 7-8) mientras que un adulto de media sufrirá 1 o 2 al año. Esta cifra dependerá del niño en cuestión y la edad que tenga: en los primeros años de escolarización o guardería suelen producirse más episodios porque el sistema inmune del niño se encuentra aún sin madurar por completo, le falta “entrenamiento” ya que aún no se ha tenido que enfrentar a muchos microorganismos. Por ese motivo a medida que se van haciendo mayores va disminuyendo el número de catarros durante el curso.

El catarro evoluciona normalmente con un inicio de fiebre (cuando la hay), síntomas nasales (mocos, estornudos), dolor de garganta y tos. Generalmente se curan solos en un plazo de unos 7-10 días hasta finalizar todos los síntomas, aunque la tos puede persistir hasta las dos semanas.

Si tenemos en cuenta el periodo de meses fríos, la duración del catarro, y la media de infecciones respiratorias por niño, es probable que le encontremos con “velas colgando” prácticamente todo el invierno.

5. ¿Importa el color de los mocos?

El color de los mocos en el catarro evoluciona según van pasando los días. Cuando la mucosidad es nasal, el color símplemente acompaña al proceso natural de la curación del catarro: al principio los mocos son muy líquidos y transparentes, como agua, y van evolucionando a amarillo o incluso verdosos. Esto no significa que el catarro se esté complicando ni que sea necesario tratar con antibiótico. El médico utilizará otros criterios en caso de percibir complicaciones.

6. Mi hijo, (o mi alumno) está resfriado ¿qué tengo qué hacer?

El primer objetivo es aliviar los síntomas y evitar las posibles complicaciones.

  • Cómo tratar el catarro del niño cuando se encuentra en casa:
    En el caso de que el niño se encuentre en casa por fiebre, o por malestar, la fiebre se tratará cuando los síntomas le impidan realizar sus actividades normales. No se trata la fiebre, se tratan los síntomas.
    Ventilar bien las habitaciones de la casa para dejar entrar aire fresco y “salir los virus”.
    No es necesario abrigarle más de lo habitual.
    Procurar que se hidrate más, ofrecerle líquidos abundantes: Estos, favorecerán la eliminación de la mucosidad y ayudarán a que la congestión y la tos desaparezcan antes y no produzcan complicaciones.
    Si hay congestión nasal excesiva, animarle a sonarse bien, y ayudarle en caso necesario realizando lavados nasales con suero.
  • Si el niño con catarro se encuentra en el colegio:
    Es importante saber que el catarro común no es un motivo de exclusión escolar, pero sí es importante cuidar las medidas de precaución de contagio. Cuando un niño pequeño va con catarro al colegio, probablemente contagiará a sus compañeros, y más en el caso de los más pequeñitos. Él mismo o alguno de los compañeros puede tener algún factor de riesgo, por lo que siempre es importante valorar con el pediatra y con el centro la conveniencia de que acuda o no al colegio.
    A través del servicio de salud escolar, la enfermera puede valorar posibles complicaciones: fiebre alta, dificultad respiratoria, dolor de oídos que precise ser visto por el médico… y administrar analgésicos o antitérmicos prescritos en caso de ser necesario y estar autorizados por la familia.
    Durante la jornada escolar, la enfermera en el colegio podrá valorar con la familia la conveniencia de que el niño con catarro siga en el centro según sea su estado general. A veces no se encuentran bien, aparece fiebre y el catarro no le permite continuar con las actividades de juego o estudio normales.

7. Cuándo acudir al médico por catarro.

Generalmente, los catarros que no se complican se curan por sí solos, pero en determinadas ocasiones pueden derivar en complicaciones producidas por bacterias u otros problemas respiratorios como la bronquiolitis, por lo que hay que estar atentos sobre todo en niños con antecedentes.

Cuando la fiebre dura más de tres días, hay claro decaimiento, aparece dolor de oídos o supuración, dificultad para respirar, pitos, la mucosidad nasal espesa amarilla o verdosa dura más de 10 días, o cuando los papás consideren que el niño no evoluciona bien, se debe consultar con el pediatra.

8. ¿La vacuna de la gripe evitará el catarro?

El catarro o resfriado común y la gripe son enfermedades diferentes, producidas por organismos distintos, por lo que la vacuna de la gripe no evitará que el niño (o el adulto) pueda coger un catarro.

Esta vacuna está recomendada en los siguientes casos:

  • Niños a partir de los 6 meses de edad y adolescentes con enfermedades de base que supongan un riesgo aumentado de padecer complicaciones de la gripe.
  • Niños a partir de los 6 meses que convivan con pacientes de riesgo.
  • Familiares de lactantes menores de 6 meses que tengan factores de riesgo.
  • Profesionales sanitarios.
  • Embarazadas, con el fin de protegerlas a ella y a su propio hijo.
  • Cualquier otro niño o adolescente que el pediatra considere junto con la familia la conveniencia de poner esta vacuna.

9. Entonces, ¿qué hacer para evitar el catarro?

Como hemos comentado anteriormente, la principal medida para evitar el contagio es el lavado de manos frecuente. En nuestras manos, que hemos utilizado para sonarnos, para taparnos al toser, para rascarnos… transportamos microorganismos que producirán el contagio a otra persona.

Aprender a estornudar y a toser correctamente hará que nuestras manos estén más libres de gérmenes: en lugar de poner la mano, tapar la boca y la nariz con la flexura del codo. Enseñar esto a los niños como parte de su Educación para la Salud, recordar la técnica del lavado de manos e insistir en ella, nos evitará algún que otro catarro.

¿Quieres tener la infografía sobre el lavado de manos de Seres Salud, Servicios Escolares de Salud? Descárgatela aquí >>> Descargar